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también léeme aquí: www.urbanotopia.blogspot.com
mírame en: http://www.citadino.com/fotos.asp
Mírame en: http://dgarabatos.com/galeria.html
Prohibido voltear
A veces me paso horas pensando en cómo conseguir mis objetivos. Es entonces cuando ocurren las cosas más interesantes que irremediablemente te dejan en plan H: el niño más lindo de la facul pasa por tu lado mientras te retuerces de deseo, sudas de emoción y te aletargas de pura estupidez contemplando su forma de caminar. De repente voltea, te mira, se acerca y te habla. Pide tu cigarro para prender el suyo y mientras se queman esas delgadas hojas de tabaco, van cayendo tus cenizas al piso hasta que no eres más que un cerrito de polvo que se lleva el viento. Él te dice gracias y tú lo miras con cara de nuncaolvidaréstemomento. Entonces el niño voltea sobre sus pasos y al final del patio toma la mano de la mujer más golfa que te puedas imaginar: su enamorada.
Ambos, muy acaramelados o muy babosos, se miran a los ojos con cara de perrito san bernardo y profesan su amor a vista y paciencia de los aguantados que no dejan de mirar el culo de la huevona.
En ese momento, tu mejor amigo, que es un homosexual más pedido que tú, te pide las únicas dos lucas que tienes en el bolsillo a cambio de dos Marlboro rojos y como “si no hubiera sido por mí no llegabas viva a tu casa ese día” y por lo perturbada que estás por la escenita, accedes. Unos minutos más tarde, te vas dando cuenta de lo que acaba de pasar: vas a caminar dos kilómetros hasta tu casa y lo peor de todo es que esos dos miserables cigarros se te van a terminar a las diez cuadras.
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El viejo truco de las balas de salva
Soy un personaje de GAME BOY. Tú también. Y tu prójimo también. Eso somos. Y todos disparamos en los cuartos. Tu mamá dispara en la cocina contra el pollo, tu papá dispara en el baño contra el periodico que está leyendo, y la gente de la calle dispara contra la gente de la calle y especialmente contra la gente que tiene más cerca. Como dijo un Nóbel alemán en 1930, “la convivencia entre los amigos y el reino abstracto de la física teórica...”. Así que él también disparó contra todos, sólo que el muy genio usó balas de salva y lo hicieron miembro de las academias de Göttingen, de Baviera, de Sajonia, de Prussia, de Suecia, de Rumania, de Noruega, de España, de los Países Bajos, de Roma, de Naturforscher Leopoldina, de Lincei, y de la American Academy of Sciences. Y también lo galardonaron con el premio Nicolás Copérnico.
EL BLOG QUE LE GUSTA A TU VIEJA
Lisette Crespo
mapa del sitio
Yo opingo...
Autorretrato
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En los pensamientos el deseo se retuerce como un animal amordazado. Un animal a punto de destruir elmundoentero. Una energía, un animal asechando debajo de mi piel. No soy muy inteligente, sólo aprendí algunas formulas y lo básico sobre estética para tener deseos, lo demás gruñe y vibra en mi sombra. ¿Por eso apagas la luz? ¿Te acuerdas que te molestaste una vez cuando quise forzarte? Y tú, ¿recuerdas q te insulté en mitad de la calle y que al oído te insultaba y te besaba? No sé de dónde salían todas esas cosas, ya no las disfruto, pero ahí se han quedado digitalizadas y no voy a olvidarlas... Nunca había golpeado a nadie, pero ante tanta insistencia creo te gustó, y que te gustó suplicar de rodillas, pero creo que te suplicabas a ti mismo porque si me hubiera tragado la noche, te hubieras quedado en el mismo lugar haciendo lo mismo, suplicando. Y todo me lleva a pensar que sí me tragó la noche y que sí te quedaste ahí suplicando y que ahí permaneces. Luego, pues, me topé con una pared y no había forma de saltarla, así que me puse a frotarla a ver si le hacia un agujero y descubrí que ese era el modo de abrirla. Y se abrió. Entré y volvió a cerrarse, voltee y estaba la misma pared. Hice lo mismo, se abrió y pasé, voltee y estaba en el mismo lugar donde había empezado. Parecía un juego muy simple, pero la pared era muy delgada y no había nada nuevo qué ver. Cada vez que la pasaba era más aburrido. Busqué una pared más gruesa... jajaja, las paredes son más fáciles de manejar que las casas. En las casas hay que saludar, hacer acto de presencia, conocer a la familia, hacer lo imposible porque el puto animal no ronque al dormir… para que nadie se dé cuenta de que ahí está. Pero una pared es fácil de dejar en el camino. Si te dejé revolcarte en tu propia mierda fue porque ya había tratado de salvar a unos cuantos y la verdad es que no hay ninguna satisfacción en eso. Tanto como que pretendan salvarte.
He trazado algunas posibles líneas en el mapa, siempre calculando coyunturas y grados de dificultad, intensidades y profundidades por velocidad de latidos, no vaya a ser que me explote. Y quizá explote, porque no sé cuál es el límite, pero siempre creo que me invento todo porque al final no sé nada, como la mayoría… por eso los puntos en la tierra y la utilidad de las paredes. Por eso lo de dejar marcas. Y, puta madre, todas esas cosas que me gustan tanto quizá ya no regresen y quizá conozca cosas que me gusten más, que se volverán cosas que quizá ya no regresen… entonces bahhhh, es como para levantar un dedo al cielo y coger todo lo que tenga a mano. Eso quiere el animal y mueve la cola: ah, ah, ah. Y el humano dice: ¿y?, los límites son éste, éste, éste, éste, es para que no te explote el corazón. Pero qué ganas… a la mierda. ¡Gruñe, fiera!
En los pensamientos el deseo se retuerce como un animal amordazado. Un animal a punto de destruir elmundoentero. Una energía, un animal asechando debajo de mi piel. No soy muy inteligente, sólo aprendí algunas formulas y lo básico sobre estética para tener deseos, lo demás gruñe y vibra en mi sombra. ¿Por eso apagas la luz? ¿Te acuerdas que te molestaste una vez cuando quise forzarte? Y tú, ¿recuerdas q te insulté en mitad de la calle y que al oído te insultaba y te besaba? No sé de dónde salían todas esas cosas, ya no las disfruto, pero ahí se han quedado digitalizadas y no voy a olvidarlas... Nunca había golpeado a nadie, pero ante tanta insistencia creo te gustó, y que te gustó suplicar de rodillas, pero creo que te suplicabas a ti mismo porque si me hubiera tragado la noche, te hubieras quedado en el mismo lugar haciendo lo mismo, suplicando. Y todo me lleva a pensar que sí me tragó la noche y que sí te quedaste ahí suplicando y que ahí permaneces. Luego, pues, me topé con una pared y no había forma de saltarla, así que me puse a frotarla a ver si le hacia un agujero y descubrí que ese era el modo de abrirla. Y se abrió. Entré y volvió a cerrarse, voltee y estaba la misma pared. Hice lo mismo, se abrió y pasé, voltee y estaba en el mismo lugar donde había empezado. Parecía un juego muy simple, pero la pared era muy delgada y no había nada nuevo qué ver. Cada vez que la pasaba era más aburrido. Busqué una pared más gruesa... jajaja, las paredes son más fáciles de manejar que las casas. En las casas hay que saludar, hacer acto de presencia, conocer a la familia, hacer lo imposible porque el puto animal no ronque al dormir… para que nadie se dé cuenta de que ahí está. Pero una pared es fácil de dejar en el camino. Si te dejé revolcarte en tu propia mierda fue porque ya había tratado de salvar a unos cuantos y la verdad es que no hay ninguna satisfacción en eso. Tanto como que pretendan salvarte.
He trazado algunas posibles líneas en el mapa, siempre calculando coyunturas y grados de dificultad, intensidades y profundidades por velocidad de latidos, no vaya a ser que me explote. Y quizá explote, porque no sé cuál es el límite, pero siempre creo que me invento todo porque al final no sé nada, como la mayoría… por eso los puntos en la tierra y la utilidad de las paredes. Por eso lo de dejar marcas. Y, puta madre, todas esas cosas que me gustan tanto quizá ya no regresen y quizá conozca cosas que me gusten más, que se volverán cosas que quizá ya no regresen… entonces bahhhh, es como para levantar un dedo al cielo y coger todo lo que tenga a mano. Eso quiere el animal y mueve la cola: ah, ah, ah. Y el humano dice: ¿y?, los límites son éste, éste, éste, éste, es para que no te explote el corazón. Pero qué ganas… a la mierda. ¡Gruñe, fiera!
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Minicuentos
Prohibido voltear
A veces me paso horas pensando en cómo conseguir mis objetivos. Es entonces cuando ocurren las cosas más interesantes que irremediablemente te dejan en plan H: el niño más lindo de la facul pasa por tu lado mientras te retuerces de deseo, sudas de emoción y te aletargas de pura estupidez contemplando su forma de caminar. De repente voltea, te mira, se acerca y te habla. Pide tu cigarro para prender el suyo y mientras se queman esas delgadas hojas de tabaco, van cayendo tus cenizas al piso hasta que no eres más que un cerrito de polvo que se lleva el viento. Él te dice gracias y tú lo miras con cara de nuncaolvidaréstemomento. Entonces el niño voltea sobre sus pasos y al final del patio toma la mano de la mujer más golfa que te puedas imaginar: su enamorada.
Ambos, muy acaramelados o muy babosos, se miran a los ojos con cara de perrito san bernardo y profesan su amor a vista y paciencia de los aguantados que no dejan de mirar el culo de la huevona.
En ese momento, tu mejor amigo, que es un homosexual más pedido que tú, te pide las únicas dos lucas que tienes en el bolsillo a cambio de dos Marlboro rojos y como “si no hubiera sido por mí no llegabas viva a tu casa ese día” y por lo perturbada que estás por la escenita, accedes. Unos minutos más tarde, te vas dando cuenta de lo que acaba de pasar: vas a caminar dos kilómetros hasta tu casa y lo peor de todo es que esos dos miserables cigarros se te van a terminar a las diez cuadras.
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El viejo truco de las balas de salva
Soy un personaje de GAME BOY. Tú también. Y tu prójimo también. Eso somos. Y todos disparamos en los cuartos. Tu mamá dispara en la cocina contra el pollo, tu papá dispara en el baño contra el periodico que está leyendo, y la gente de la calle dispara contra la gente de la calle y especialmente contra la gente que tiene más cerca. Como dijo un Nóbel alemán en 1930, “la convivencia entre los amigos y el reino abstracto de la física teórica...”. Así que él también disparó contra todos, sólo que el muy genio usó balas de salva y lo hicieron miembro de las academias de Göttingen, de Baviera, de Sajonia, de Prussia, de Suecia, de Rumania, de Noruega, de España, de los Países Bajos, de Roma, de Naturforscher Leopoldina, de Lincei, y de la American Academy of Sciences. Y también lo galardonaron con el premio Nicolás Copérnico.